Fue la pregunta que le hizo un gerente a una empleada del área administrativa de la división de licores.
– “Bien…, bueno no tanto…, es decir,…sí estoy muy contenta con la empresa y el ambiente…, pero no me siento a gusto con… Creo que ¡no es bueno vender licores!“
No se imaginaba este gerente que habría personas con sentimiento de culpa por los productos que vendían. Fue gracias a esta pregunta, y la franqueza de la mujer al responder, que pudo hacerle ver algunas consideraciones como las siguientes:
Las bebidas alcohólicas como vinos, licores no son malas, sino buenas en sí mismas. Satisfacen una necesidad real, tal vez no tan importante a veces como pueda serlo el pan o la leche. Pero no constituyen productos malos en sí mismos. Lo que puede ser malo es el mal uso que algunos personas pueden hacer de ellos consumiéndolos en exceso, o de manera inoportuna.
Algo similar ocurre con la venta de otros productos, por ejemplo cuchillos, que pueden ser usados bien o mal.
Le explicó el gerente que “es algo parecido a si vendiéramos cuchillos por ejemplo. Si estuviera en nuestras manos, deberíamos evitar que alguien se haga daño a sí o a otros por usar nuestros productos. Pero no podemos.
Pero sí tratamos de ser cuidadosos en lo que está en nuestras manos: la manera cómo lo ofrecemos, la publicidad que realizamos, etc., fomentando un consumo responsable, disuadiendo de su consumo a los menores, etc. Hay buenas y malas maneras de hacer negocio con licores. Nosotros intentamos hacer lo correcto de la manera correcta”
Parece que la mujer no había pensado así las cosas, y le satisfizo la explicación. Con el tiempo, llegó a ser jefe de ventas de la línea de vinos.
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Comentarios (2)
Me parece correcto que existen cosas que en si mismas no son malas, salvo por el uso desmedido que le damos. Pero, ¿existirán cosas que por su naturaleza o elaboración son malas, como por ejemplo las drogas? ¿Se aplicaria la misma explicación que dio el gerente, si lo vendieramos en el caso hipotetico?
Se puede aplicar la misma lógica, tanto para las drogas (desde el punto de vista de su uso medicinal) como para las armas (desde la perspectiva de la legítima defensa, la seguridad pública y muchas otras razones), sin embargo creo que el ejemplo planteado sobre licores sobre-entiende que en el mercado todos (o al menos la mayoría) somos consumidores diligentes que haciendo uso de la información brindada por la empresa (respecto del posible daño a la salud y lo inmoral de la venta a menores de edad, etc.) realizaremos nuestras acciones con coherencia a la referida información. Sin embargo la realidad muestra una cara distinta, soy consciente que en toda actividad humana existe un riesgo o peligro y que más aun el Derecho concibe la institución del riesgo permitido, no obstante (sin ánimos generalizar cualquier conducta ni atentar contra la libertad de empresa) me pregunto si el razonamiento muy bien planteado sobre los licores se aplica a la realidad peruana-limeña donde el común denominador social es hacer caso omiso de tales recomendaciones.
Entiendo que la perspectiva planteada tiene un enfoque de carácter privado muy bien aplicable al interior de una empresa, pero hice el referido comentario porque al leer el post, el cual personalmente encuentro muy didáctico y bien planteado, sentí la preocupación de que este sirva de escusa o explicación para personas que busquen justificar conductas incorrectas trasladándole la responsabilidad al consumidor final, y con ello caer en la indiferencia de las consecuencias sociales de las actividades que pueden producir nuestras empresas.