Ruego oraciones por Alejandro Llano. Ha fallecido hoy. Ha sido uno de mis mejores maestros, y clave en algunos momentos de mi trayectoria.
Me enseñó dos cursos en la universidad que dejaron una importante huella en mi: filosofía del lenguaje e introducción a la filosofía: “la filosofía ha de ser impura: meterse en todos los asuntos”.
Uno de los autores de los que más libros he leído, desde “Metafísica y lenguaje” hasta sus entretenidas y divertidas memorias, o esa joyita titulada “el diablo es conservador”, que recomiendo vivamente.
Recuerdo su estilo dando clases, con gran elegancia y cuidado de la expresión… siempre como mirando por encima de las cabezas de los que le escuchábamos.
“Bueno, para eso lo he escrito” recuerdo que dijo en algún momento, sobre como se servía de su gran obra “Metafísica y lenguaje” en su curso respectivo.
Me aceptó como su becario colaborador en el departamento e filosofía práctica, también dirigirme la tesis, aunque luego la vida me llevó en ambos asuntos por otros lados. Gracias a él me acerqué al mundo de la empresa, en el Seminario Permanente Empresa y Humanismo, y posteriormente me recomendó hacer el MBA en el IESE. Aun tengo por ahí su cariñosa carta cuando le dije que había sido admitido: “cuando seas rico y famoso no te olvides de los pobres filósofos” o algo así… tengo ahora que buscarla… que por algún lado debe estar, metida en algún libro.
Por supuesto, que ni soy rico ni famoso, pero no me he olvidado de la filosofía, uno no se olvida de su madre.
Luego me lo encontré en el IESE mientras yo estudiaba allí, y posteriormente una larga conversa en una cafetería en la Universidad de Navarra, conversando sobre la investigación, la ética, la lógica, la sociología (“pues ahora esta mucho peor la cosa” me pareció entender)… Una de esas suertes que uno recibe gracias a haber elegido meterse en la aventura de la filosofía… no exenta de peligros, por cierto.
Recuerdo su buen humor, siempre estaba haciendo bromas de filósofos, políticos, empresarios…
En una de las clases de primer año, recuerdo que tras intentar, sin éxito por culpa nuestra, aplicar el método del diálogo socrático, vino a quejarse: “¿por qué a Sócrates le salía bien y a mi no?”, puesto que a diferencia de los interlocutores de Sócrates, nosotros sus alumnos habíamos respondido cualquier tontería…
Muchas enseñanzas me ha dejado… “la ética es rentable… para la organización”… pero sobre todo su ejemplo de vida y generosidad, y amor por la filosofía y la verdad.
De modo que sin él, yo no andaría en lo que ando. Muchísimas gracias!! Y con mis oraciones… que serán de ida y vuelta. Intercede por nosotros y por este agitado mundo.