En el anterior post (Casarse 1) preparé el terreno comentando algunas ideas desenfocadas acerca de casarse. Ahora empiezo a acotar el tema señalando que es libre casarse, que no es cosa de tres: que entraña exclusividad. Así espero dejar preparado el tema, para acercarme a la respuesta.
Casarse es algo libre. Si me obligan a casarme, la boda será una farsa. No hay casamiento si no hay libertad al casarse, es decir, si uno no es consciente de lo que hace, o no lo hace voluntariamente. Seguro que tendré que volver más adelante a este aspecto, que dejo ahora simplemente apuntado.
Casarse y estar casados no es lo mismo. Evidente. Pedro y Lucia no están casados antes de casarse, sino después de casarse. Pasan a estar casados en el instante en que dicen sí ambos.
Y ambos han de decir sí y han de decirlo libremente. No puedo casarme con Lucia si Lucia no acepta casarse conmigo, y viceversa. Nadie puede casarse conmigo si yo no quiero. Y tampoco puedo yo, ni debo, obligar a alguien a casarse conmigo.
Y, … es cosa de dos. No me detengo en ello pero me sirve para indicar otra característica: exclusividad.
Si me caso con Lucia, y ella conmigo, eso significa que ella se casa solo conmigo, y yo me caso solo con ella. No puedo casarme con una mujer casada, ni viceversa.
Pero, ¿por qué no puedo casarme con una mujer casada? Pues porque el sí que libremente ambos pronuncian incluye exclusividad. Si no fingió, al casarse entregó algo en exclusividad a su esposo. Y, aunque quiera, no puede entregarse con exclusividad a dos; es un contrasentido.
Hay muchas relaciones ente personas que no entrañan exclusividad. Por ejemplo, la amistad. Puedo tener muchos amigos, y no me molesta que un amigo mío tenga otros amigos aparte de mí; más bien, me alegra que mis amigos tengan más amigos. Lo mismo en la relación con mis primos, con otros socios de un negocio, con ser seguidores de un mismo club de fútbol, con la relación profesor-alumno, entrenador-deportista, vendedor-cliente, etc.
Pero sí hay también relaciones que entrañan exclusividad. A veces, algunas empresas reclaman exclusividad a un proveedor: si me vendes a mí no puedes venderle a nadie más. También los equipos de fútbol reclaman exclusividad a sus jugadores: mientras juegas en mi equipo, no puedes jugar en un otro equipo. A veces también las universidades. Hay países que no permiten doble nacionalidad…, etc.
Claro que el proveedor puede negarse a dar esa exclusividad, o el jugador, o el profesor… pero la otra parte también estará en su derecho tal vez a negarse a contratar los servicios o rechazar el vínculo que se pretendía establecer…
Pues bien, el casarse entraña exclusividad. Son libres de no casarse. Son libres de no entregar exclusividad. Nadie puede, ni debe, obligarles. Pero si libremente ambos dicen “sí me caso contigo“, ese sí significa que renuncian libremente a casarse con alguien más: pasan a estar casados, con lo cual “mientras sigan casado” no pueden casarse con otra persona.
Veamos, ¿qué diría Lucia si Pedro le dice: “de acuerdo, acepto casarme contigo, pero entiendo que no tendrás problema si más adelante tal vez también incorporo a Elena, o a Marta, o…?“, “quiero dejar la puerta abierta, y quiero estar contigo pero sin comprometerme de modo exclusivo“… Lo que podría responder Lucia, a ella se lo tendríamos que preguntar. ¡Vaya usted a saber!
¿Si Lucia dijera que ok, que no a la exclusividad?… Estarían haciendo una cosa distinta a casarse, y nadie les obliga a casarse. Pero podría perfectamente decirle: “mira, haz lo que te de la gana, pero si te casas conmigo, te casas SOLO conmigo y punto. Mientras estés casado conmigo yo tengo la exclusividad. ¿Aceptas sí o no?” Razones hay para ello, que expondré más adelante.
Lo que tampoco sé, es que dirían los invitados al “evento” si les dicen que se trata de algo sin exclusividad, sin libertad,… con condiciones… Seguramente habría variadas e interesantes respuestas. No sé cuáles. Lo que sí sé es que lo de las condiciones lo voy a tratar en el siguiente post.
Por tanto, ya hemos dado unos pasos para responder qué es casarse: es una acción libre, es cosa de dos, e involucra exclusividad. “Mientras estén casados” no cabe un tercero.
En el siguiente post, señalaré las condiciones y eso de “mientras” estemos casados…
Comentarios (9)
Estimado Manolo, me surge entonces la inquietud:
La exclusividad que mencionas es similar a la capacidad que tenemos de renunciar a las demas parejas cuando elegimos la nuestra, ¡claro esta cuando ella nos acepta también!
Elena y María, el par de nombres de mujer que se mencionan tienen una simbología: la tentación al tercero, que no debe existir pero puede hacerlo, claro está fuera de los límites del matrimonio y la esposa cual mujer romana la llamará la bárbara. pero existe este tercero , en mi opinión puede llegar a hacerlo. existe ese momento en el que se traslapan, superponen los tiempos pertenecientes al fin del matrimonio y la nueva luz, que no debe juzgarse de “bastarda”, “usurpadora” o mucho menos, estar casado no anula el hecho de encontrar a alguien con quien ser más feliz, en teoría debe serlo ,solo en teoría. Pero el casarse obviamente es bilateral y no involucra al tercera, sin embargo en las planos del matrimonio este tercero si existe, lo altera, modifica… quizás degenera. ¿ Podré decir entonces que verdaderamente estoy casado si lo hice con libertad? de realizar todo la ceremonia, el acto social solo de forma fingida implica que nuestra conciencia tomará ese casarse como falso e inexistente? se vuelve el matrimonio una convicción interior que para sentirla necesita de la venia del otro? con esa premisa y esos argumentos sospecho que el mundo tendría una tercera parte de los matrimonios que hoy lleva. Gracias Manolo por el texto.
Es muy cierto, y lo dice Jesús también, gracias por su artículo. Y hoy fue genial escuchar la ponencia del ABC del mando, me va a ayudar a diagnosticar y evaluar mejor mi mando. Gracias espero pueda colgar pronto su ppt!!! Muchos más éxitos!!!
Gracias. Me alegro si te sirvió la exposición. Saludos.
Excelente artículo. Una pregunta….
¿Consideras diferente el significado de caserse y matrimonio? Mi pregunta va porque en algún lado leí sobre matrimonio natural, civil y religioso… entiendo que los conceptos aplican a los tres….
Muy agradecido si en algún post me aclaras.. en caso haya diferencia.
Estimado Gonzalo:
Esta realidad del casarse y del matrimonio es de una riqueza inagotable. Se puede estudiar desde muchos puntos de vista y perspectivas: jurídica, histórica, cultural, religiosa, económica, artística, médica, antropológica (y hay diversas antropología…), etc.
Estoy intentando indicar ingredientes esenciales, en mi opinión, yendo más allá de la palabras, a lo que, a veces, se esconde detrás de las palabras. Espero que pueda servir para entender otras perspectivas, una vez entendido lo esencial. Saludos y gracias por el interés.
¡Qué palabra tan poderosa ….”exclusividad”! Sin embargo, me entró la duda cuando incorporas la palabra “condiciones”, se me vino a la mente las frases trilladas de antaño que decian “casarse sin condiciones”, es decir ¿cómo puedes actuar libremente en tu elección si aparecen condiciones en el camino?
Estupendo, Manolo. Como siempre, cuestionas y evidencias verdades contundentes, aunque tal vez desapercibidas para el sentido común.
Siempre he pensado que esa “exclusividad” del “sí acepto” se ordena a una entrega total [exclusiva] para hacer feliz al cónyuge, comenzando por la acogida del don de su entrega.
Y… en la práctica, la felicidad se vuelve una experiencia cotidiana.
Manolo, en el penúltimo párrafo dices: “mientras esten casados”. El problema es que para meter a un tercero la gente simplemente dice: “Ya no quiero seguir casado contigo”. El/La Tercero(a) pasa a ser el nuevo segundo (o el “segundo segundo”?). Quizá hablar de “hasta que la muerte nos separe” sea relevante en este caso. ¿Por qué hoy en día las personas piensan que el matrimonio es algo desechable?