Hay muchos que cuando reciben el encargo de regir a los demás, se enardecen para oprimir a sus súbditos, hacen ostentación terrorífica de su potestad y perjudican a aquellos a quienes deberían aprovechar. Como no tienen entrañas de caridad, desean aparecer como amos, no reconocen que están puestos como padres; en vez de humildad que debieran practicar, se hinchan de soberbia con el puesto que ocupan, y si en alguna ocasión se muestran indulgentes en el exterior, se ensañan interiormente. Acerca de esto dice en otro lugar la Verdad: “Vendrán a vosotros con vestidos de oveja, pero en su interior son lobos rapaces”. (Gregorio Magno)