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EXPERIENCIAS

Ética en la gestión (entrevista de Lilian Zapata a Manolo Alcázar)

06 de junio, 2021
                    REVISTA IMAGEN Y COMUNICACIÓN - ENERO 2020

Ética en la gestión empresarial

“APRENDO A CONDUCIRME MEJOR POR LA VIDA O ME DETERIORO COMO DECISOR”

Cómo impactan mis decisiones libres en mi libertad

Entrevista a Manuel Alcázar, Catedrático de la Escuela de Negocios del PAD

El hombre tiene la facultad de usar su libertad para el bien o para el mal. La ética estudia las acciones libres de las personas y su repercusión en su felicidad, haciéndolo mejor o peor decisor. Conversamos con Manuel Alcázar, profesor principal del PAD, Escuela de Dirección de la Universidad de Piura, y autor de diversos libros entre ellos: Cómo Mandar Bien, Gobierno de Personas, el Octógono, que forman parte de la colección Personas y Organizaciones. Alcázar en la siguiente entrevista profundiza sobre la ética
y la importancia de saber manejarse en la vida aprendiendo primero a autogobernarse.

Cuando hablamos de ética como parte de la gestión empresarial, ¿cuál es el punto central que enfatiza?

La ética es una de las disciplinas que estudia las acciones humanas. Su foco son las acciones libres de las personas y cómo impactan esas decisiones libres en mí como decisor, en relación a mi felicidad. Este es el punto central de la ética. Cuando yo actúo libremente mal me hago malo, ¿y qué quiere decir que me hago malo? Me hago peor decisor. ¿Qué quiere decir que me hago peor decisor? Que voy a difrutar menos de la vida, de las cosas buenas de la vida.


¿Se está entendiendo que si soy un mal decisor, desde el enfoque ético, voy a hacer infeliz o menos feliz como directivo?


Lo que estoy diciendo es preciso hoy en día recordarlo; desde luego que no son ideas mías, porque todo lo que digo es copiado de pensadores sabios. Llevo muchos años dictando el curso de ética en el MBA y cuando a veces le pregunto a los directivos ¿qué es la ética?, me dicen cosas muy pintorescas.

¿Qué dicen?


Dicen: “la ética tiene que ver con normas, procedimientos”. Pregunto, ¿de dónde salen esas normas y esos procedimientos? “Bueno, no sé depende de la cultura, de la religión, de la historia, de la época”. Y ¿para qué sirven? “No sé pero malogran la fiesta porque parece que todo lo que es rico o es pecado o engorda.”

Otro empresario me decía: “no se le puede hablar de ética a los empresarios, si no quieres que se vayan corriendo”. Entonces me pregunto: ¿qué idea tendrán de la ética? Bueno, eso tiene poco que ver con
lo que yo entiendo por ética, es decir, cómo impactan mis decisiones sobre mi mismo como decisor.

Es como manejar el carro, si yo aprendo a conducir bien el carro voy a ir mejor, puedo llegar adonde quiera. Si no sé manejar el carro, voy a terminar en un taller o a la mitad de la carretera y perdido con todo el mundo gritándome porque no sé manejarme. Entonces, lo más importante para disfrutar en la vida es saber manejarme. Saber manejarme supone un aprendizaje previo, y ese es el aprendizaje ético, aprender a decidir, a gobernarme. No puede haber buen gobierno si no hay autogobierno, no puede haber buena dirección sino hay autodirección; ese es un aprendizaje distinto de aprender finanzas o aprender ingeniería. Esto se aprende. El músculo se adquiere haciendo esfuerzo físico, yendo al gimnasio. El aprender a dirigirme se aprende cada vez que tomo una decisión libre. ¿Qué beneficio tiene esto para la empresa? Muchísimo. La ética es súper rentable para las organizaciones, no necesariamente para el directivo, para el directivo puede ser más rentable coimear, sobornar, estafar y, si sale “airoso” ganar un montón de dinero.


¿Cómo los directivos vienen entendiendo que la ética es más rentable para las organizaciones?

Lo entienden bien. Si en una organización yo tengo gente que sabe autodirigirse, que sabe decidir bien, que están identificados con la organización, con el propósito, van a contribuir mucho más y mejor a la organización con independencia de los controles que pongo sobre ellos. Entonces, van a poner al servicio de la empresa sus talentos, y esa organización va a ser muchísimo más eficaz, eso es indudable.

Hay varios ejemplos de corrupción convertidos en casos de crisis, directivos que delinquieron pero sin embargo están libres.

No están en la cárcel, pero se han deteriorado como decisores y eso va a tener un impacto en sus satisfacciones afectivas. Se están incapacitando para disfrutar de las cosas interesantes de la vida. Repito, la ética es súper rentable para la empresa, sin embargo hay gente que se salta la ética porque le atrae mucho el poder, el dinero, y piensa que puede ganar y salir airosa en la imagen pública.


Pero más interesante que la ética de lo extraordinario, es la ética de lo cotidiano: hacer bien mi trabajo diario, con responsabilidad. Dar una buena atención a mis subordinados, a mis clientes, a mi esposa, a mis hijos. Ir ganando autogobierno en el día a día


Así es, en todos esos ámbitos. Todo el tiempo tenemos tesituras en las cuales uno siente: “Bueno me dejo llevar por la flojera, me dejo llevar por la envidia… o digo ¡no¡”. Esas son las micro decisiones. Ahí es donde uno crece o se deteriora éticamente hablando, ahí es donde mejoras como persona o te deterioras. Ahí es donde uno va ganando en capacidad de autogobierno o lo contrario. ¿Por qué hay gente que termina corrompiéndose? Porque no ha tenido la capacidad de sobreponerse a una tentación que se le ha presentado. ¿Por qué no tiene esa capacidad? Porque no la ha cultivado en sí mismo.

Si a mí me ponen a jugar rugby americano, me van a destrozar en el primer encontronazo porque no tengo la fuerza para chocar con un tipo de 90 kilos que viene a toda velocidad, y me pasa por encima. Entonces, cuanto más poder tiene una persona es cuanto más autocontrol requiere y si no ha cultivado ese autocontrol le van a pasar por encima.


¿Por qué está tan ausente esta gobernanza personal, igual ética?

No sé, creo que no está en el mapa mental de mucha gente. Luego hay mucha indignación; si alguien mete la pata se magnifica, se le crucifica, pero… todos metemos la pata. Si no…, quién no se haya equivocado que arroje la primera piedra. La ética no trata de ser perfecto.

Pero sí de perfeccionarse.

Sí, trata de perfeccionarse. La ética de lo que trata es de cómo puedo ir mejorando, porque la ética no está para juzgar a los demás. La ética está para ayudarme a juzgar mis propias acciones libres, para ayudarme a mejorar como decisor y por ende, ayudarme a ser más feliz.


¿Por qué cree no está presente la visión de la ética en el discurso habitual, en lo cotidiano?


Algunos alumnos me lo han dicho. La gente no ha descubierto que existe una ciencia de la felicidad, una lógica de la felicidad, una lógica de la libertad; y esa lógica de la felicidad y la libertad tiene un nombre muy antiguo, una ciencia que se llama ética, que es distinta de la mecánica, o de la química, o de la psicología, o del derecho, o de la estética. La ética tiene una lógica, una racionalidad.


Lo decía Sócrates, sostenía que la ética tiene que ver con la razón y la virtud y que ambas son indisolubles.

Sócrates es uno de los descubridores de esto y plantea este tema. Es decir, ¿por qué yo debo seguir las normas éticas? La ética tiene tres ingredientes: las normas éticas, la libertad y las satisfacciones. Para comprenderla bien hay que integrar estos tres elementos. Hay que cumplir las normas morales precisamente porque me conviene. ¿En qué me conviene? Por las satisfacciones más satisfactorias que puedo alcanzar.


El comportamiento ético es comportamiento racional. Pero ser capaz de actuar racionalmente no es un punto de partida sino de llegada. La capacidad de actuar racionalmente no es innata, hay que ir adquiriéndola, ha de cultivarla cada uno en sí mismo. Si no la has cultivado, es en algo parecido a los músculos. ¿Por qué éste levanta 200 kilos y yo no? Porque éste ha ido cultivando su musculatura y yo no.


¿En dónde ubica a la conciencia en este comportamiento ético?

La conciencia es mi mirada sobre mis acciones libres. La ética no es lo más importante, lo más importante es la persona. La ética esta al servicio de la persona, no la persona al servicio de la ética. Es la persona la que mira sus acciones. Para comprender la ética y su sentido hay que comprender a la persona. Y esto es otro tema ausente. No sabemos qué es un ser humano.

Cuando hablamos de ética en la gestión empresarial, ¿cuál es el feedback que recibe de sus alumnos que son directivos?

Hay personas que se sorprenden y dicen: “Yo ni sabía que había una aproximación o una ciencia de la felicidad o la ética. Yo no lo había escuchado antes y escucharlo me parece muy interesante”. Otros dicen que esto debería enseñarse en el colegio, en la universidad. Un alumno me dijo una vez: “Lo que pasa es que a veces no queremos que nos hablen de estos temas, no queremos que nos hablen porque me interpelan”. Hay gente que no quiere oír hablar de estas cosas, así de sencillo, no les da la gana y son libres.


Hay otros para los que supone un punto de inflexión y piensan: “Bueno ahora entiendo mejor las cosas, me entiendo mejor a mi mismo, entiendo mejor a los demás, estoy dándome cuenta que tengo que dirigir de manera distinta y modificar mi manera de vivir”.

Otra frase de Sócrates era: “En el hombre realmente virtuoso, la voz interior vence siempre a las presiones del mundo exterior”. Es decir, escuchar la conciencia y actuar en coherencia con la integridad.

Sí, esa es la persona que hay que alcanzar a ser. La ética tiene mucho que ver con el corregirse. No se trata de tener una hoja de servicio inmaculada, perfecta: “desde niño no he mentido ni roto nunca un plato”. Entonces, “te vamos a poner en un museo como el tipo inmaculado desde niño”. Nosotros
somos más bien como vasijas de cerámica que se han roto y la hemos arreglado y sirve. Muchas veces lo que tenemos éticamente que hacer es rectificar, pedir disculpas… Rectificar es volverme a levantar y luchar por mejorar con optimismo, con sentido deportivo.

Hay que reparar

Hombre, claro que hay que reparar.

Repararse y reparar. ”Me he robado mil dólares, bueno me he arrepentido, perdóname”. “Bien, ¿y los mil dólares?” “No es que ya pedí disculpas”. “Claro, yo te perdono pero ¿dónde están los mil dólares? Hay una lógica de la reparación y el perdón. Si no hay ánimo de reparar, el pedido de perdón es una tomadura de pelo.


¿Qué exige la ética?

La ética exige pensar. La ética descubre que cuando yo intento libremente hacer el bien me hago mejor, cuando yo hago el mal libremente, me hago peor. La norma ética fundamental la sabe todo el mundo, en el curso de ética que yo doy no le dedico mucha atención a las normas, esas la sabe todo el mundo. La norma ética fundamental es hacer el bien y evitar el mal. La ética tiene que ver con las decisiones, no tiene que ver con la especulaciones.


Ha dicho ética igual ser libre y buen decisor, ¿cuál es la ecuación de la ética?

Mejorar y ser feliz. Aquí lo importante es preguntarse: “cuando yo tomo esta decisión ¿mejoro como decisor, me hago mejor o me hago peor?“. Al margen del resultado externo que tenga, yo mejoro o me deterioro. Eso es lo que tengo que pensar, preferiblemente antes de actuar. A veces uno dice después “habría preferido no haberlo hecho”. Bueno eso es ya un comienzo porque estoy empezando a rectificar, a corregir y a mejorar, en suma, a rehacer mi vida.


¿Cuál es la oportunidad que el ejecutivo puede tomar del brazo de la ética?

Entender la lógica de lo que dirige. El lema de la ética es “párate a pensar e intenta mejorar”, rectifica lo que haya que rectificar y haz todo el bien que puedas. Estamos en esta vida para aportar. Una persona es como una fuente inagotable de aportes pero de libre aporte. Los seres humanos no nos agotamos nunca de aportar. Nos podemos cansar porque llevo todo el día levantado. Estoy en mil cosas y estoy agotado, necesito comer, quiero irme a dormir, que me dejen en paz, no quiero hablar con nadie. Es decir, tenemos necesidades en el plano psicocorporeo, que necesitamos suplir, pero en el plano íntimo no somos necesitantes sino sobreabundantes. Entonces no hay que decir nunca, suficiente, siempre puedo aportar más. La riqueza de una persona es infinita pero solo si esa persona decide con su vida aportar en todas las direcciones. Y eso está en su intimidad.

Escrito por:
Manolo Alcázar García

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