Puede deberse a tres razones: vínculo por lo que el partícipe obtiene de la organización, por lo que aprende –operativamente– en ella, y/o también por lo que aporta a ella.
No confundir con motivo ni con motivación.
El vínculo de una persona con una organización puede deberse principalmente a lo que obtiene o aprende en ella y sin embargo, la persona puede eventualmente estar actuando por motivos “trascendentes” y/o “intrínsecos”. Ejemplos: Un empresario que necesita obtener financiamiento para una importante inversión en otra de sus empresas. Un empleado que necesita ganar dinero para mantener a su familia, o para pagarse unos estudios.
Ver identificación.